domingo, 30 de noviembre de 2014

Balaguer y la crisis electoral

Las elecciones de 1986

En 1986, el ex Presidente Joaquín Balaguer regresó al poder en unos comicios sobre los que todavía se discute.Luego de ocho años fuera del poder que ostentó durante tres períodos consecutivos y cuando nadie lo esperaba,  el doctor Joaquín Balaguer, ciego y con casi 80 años de edad, surgió como el ave Fénix  en 1986 y se abrazó nuevamente a la presidencia de la República para su cuarto mandato gubernamental, en unas elecciones que 25 años después todavía muchos dominicanos no saben a ciencia cierta quién las ganó.
El autoritarismo, la represión política, la austeridad y otros elementos que caracterizaron “los 12 anos”, fueron la punta del “iceberg” para  Balaguer  cuando en 1978 intentó buscar una nueva reelección en unos comicios que ganó  Antonio Guzman Fernández, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y  también en las del  1982, donde fue electo presidente Salvador Jorge Blanco, de la misma organización política.
Para las elecciones de  1986, el Gobierno de Jorge Blanco, quien en 1982  encontró el país en una crítica situación económica,  finalizando su período  entró en decadencia  tras  firmar  con el Fondo Monetario Internacional (FMI) e implementar una política de austeridad que generó más descontento en la población, ya  frustrada por el incumplimiento de las promesas de mejoría que le habían hecho los dos gobiernos del PRD.
Esa inconformidad llegó a su “clímax” en abril del 1984, y se puso de manifiesto con una “poblada” donde hubo decenas de muertos, aun sin cuantificar.
Con ese fardo a cuestas, más las denuncias de corrupción gubernamental; su enfrentamiento Gobierno-Congreso, donde era mayoría, y envuelto en   la peor crisis interna, llegó el PRD a los comicios del 16 de mayo del 1986.
El “Concordazo”.  Fue  el comienzo de la premonición de  José Francisco Peña Gómez cuando pronunció aquella famosa frase  de que “Sólo el PRD vence al PRD”.
La Convención del 24 de noviembre de 1985   para elegir la candidatura presidencial que se disputaban Majluta y  Peña Gómez,  quienes  a lo interno del PRD formaron los grupos de apoyo “La Estructura” y el “Bloque Institucional”,  adicional a la tendencia “Jorgeblanquista”  que objetaba a Majluta en retaliación por la oposición que desde la presidencia del Senado le hizo al Gobierno, terminó como “la fiesta de los monos”.

En medio del conteo de los votos, un centro  instalado por el PRD en el Hotel Dominican Concorde de esta Capital, se armó una trifulca que obligó a suspender el  cómputo y en la que resultó una persona muerta y varias heridas. A ese  incidente se le llamó “El Concordazo”. Fue  después de un mes que  Jorge Blanco, Pena Gómez y Majluta firmaron el “Pacto la Unión”, en el que se reconoció la victoria de Majluta,  a Peña Gómez se le ofreció la candidatura  vicepresidencial y la rechazó para asumir la dirección del PRD, con Hatuey Decamps como secretario general.

Los gobiernos del PRD

Las elecciones de 1978


Como trapacería encaminada a desconocer la voluntad popular, el  “fallo histórico” que emitió la JCE  luego del “juntazo” y el “gacetazo”, manchó las elecciones del 1978, ganadas por el PRD.
Como trapacería encaminada a desconocer la voluntad popular, el  “fallo histórico” que emitió la Junta Central Electoral (JCE)  luego del “juntazo” y el “gacetazo”, manchó las elecciones del 1978, de las que el candidato presidencial ganador, Silvestre Antonio Guzmán Fernández, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), recibió un poder mutilado.
Para muchos analistas e historiadores este dictamen fue el resultado de una negociación de aposento que, mediante maniobras, truchimanerías y represión impuso el entonces presidente Joaquín Balaguer, a la sazón candidato presidencial del Partido Reformista (PR), para que la JCE le adjudicara cuatro senadurías y una diputación que no ganó.
Autores como Sandino Grullón, en su libro Historia electoral dominicana, y Ángela Peña, en Campaña y crisis electorales,  atribuyen la actitud del líder reformista a un interés de controlar el Senado para evitar que los responsables de  actos de corrupción durante su gobierno de los 12 años pudieran ser juzgados por el Congreso.
Partidos y candidatos.  Los candidatos presidenciales y vicepresidenciales de las agrupaciones políticas  participantes fueron Antonio Guzmán y Jacobo Majluta, del PRD; Joaquín Balaguer-Carlos Goico Morales, del PR; Juan Bosch-Rafael Alburquerque, PLD; Narciso Isa Conde-Pericles Franco, PCD; Elías Wessin-Rafael Rosario Galán, PQD; Jaime Manuel Fernández-Milciades Herrera Báez, MCN; Francisco Augusto Lora-Manuel Enrique Tavárez Espaillat, Mida; Luis Homero Lajara Burgos- Rafael Isidro  Portorreal, PDP, y Alfonso Lockward-Héctor Livio Peña López, PRSC (Partido Revolucionario Social Cristiano).
Alianzas.     El PRD o “partido del jacho prendío” participó junto a la Alianza Social Demócrata (ASD) en el denominado Acuerdo de Santiago, y el Movimiento Nacional de la Juventud (MSJ) se fusionó al PR o “partido del gallo colorao”.
Mientras, el Movimiento de Integridad Democrática (Mida), el Partido Quisqueyano Demócrata (PQD) y el movimiento de Conciliación Nacional (MCN) formaron una coalición denominada Oposición Unida, que  llevó como candidato presidencial a Francisco Augusto Lora y a Manuel Enrique Tavárez Espaillat, a la vicepresidencia
En estas elecciones, Balaguer, casi ciego, buscaba su tercera reelección como el “Candidato de la paz”, apoyado en su programa de viviendas y otras construcciones y su alegada justicia social, aunque su fuerte estaba, según analistas del proceso, en una maquinaria militar que reprimía a los opositores reales o sospechosos.
De hecho, las cárceles estaban llenas de presos políticos, que Balaguer consideraba “políticos presos”, y el aparato militar y policial se mantenía activo para reprimir cualquier protesta estudiantil o de partidos de izquierda, de cuyos miembros no pocos cayeron abatidos a tiros.
Por su lado, el PRD y su candidato Antonio Guzmán, con el lema de “El cambio”, tras su no participación en los comicios del 1970 y su retiro, como Acuerdo de Santiago, en los del 1974, a causa de la represión, habían decidido, como pregonaba su secretario general,  José Francisco Peña Gómez, que esta vez las huestes del  partido del “buey que más jala” sacarían a Balaguer del poder con una “montaña de votos blancos” que absorbería cualquier fraude.
El Juntazo.  La crisis política del 1978 se inició el mismo 16 de mayo en la noche con la citada irrupción militar, que el pueblo denominó como “el juntazo”, al centro de cómputos de la JCE, cuando el escrutinio del 25 por ciento de los sufragios situaba al PRD por encima del PR.
Al detenerse el conteo, creció la tensión y el partido colorado recusó al presidente de la JCE,  Manuel Joaquín Castillo, y reclamó elecciones complementarias en 11 municipios alegando que el proceso estaba viciado por el fraude.
El Gacetazo.  A la recusación del licenciado Castillo siguió el “Gacetazo”, denunciado por los juristas Rafael F. Bonelly,  Jottin Cury y Ramón Tapia Espinal, quienes revelaron la alteración de una ley mediante la cual se modificaba la Ley Electoral para facultar a la Junta para que celebrara las elecciones complementarias que demandaban los reformistas.
Fallo Histórico.   Al acoger la impugnación del PR sobre alegados trastrueques, exclusiones e inclusiones ilegales en el padrón electoral, la JCE, presidida de manera provisoria por Hugo Vargas Suberví, e integrada por Luis Augusto González Vega y Danilo Santana, adjudicó  al partido colorado, mediante resolución del siete de julio, las senadurías de María Trinidad Sánchez, Bahoruco, El Seibo y La Altagracia, que había ganado el Acuerdo de Santiago.
Esta decisión, ilegal para muchos, fue bautizada por la población como el “fallo histórico”.
“Patriótico” o “monstruoso”.   Mientras Balaguer consideró el fallo de la JCE como “un acto patriótico”, Guzmán lo calificó de  “monstruoso”, pero llamó al pueblo a mantener la calma y a esperar  el resultado de una instancia legal que buscaría revertir el dictamen, pero esa acción nunca fue encaminada
Editoriales de medios de prensa y opiniones de analistas planteaban que la JCE había decidido, mediante una resolución insólita, suplantar la voluntad popular expresada en las urnas.
Ya el PRD se proponía realizar una Jornada Cívica en contra de la decisión de la JCE que le quitaba las cuatro senadurías, pero la actividad fue suspendida por recomendación de la Iglesia y personalidades que le advirtieron sobre una crisis mayor que lo habría dejado fuera del poder.
Resultados. Fueron emitidos 1,655,707 votos válidos distribuidos a razón de 855,765 del PRD; 698,163 del PR;  18,375 del PLD, y el resto para las citadas fórmulas electorales minoritarias.
 El país contaba entonces  con unos 4.5 millones de habitantes, según se deduce al proyectar el censo del 1970, cuando había 4,009,458 personas, y  el del 1981, que registró una población de   5.545,741.
Presión  internacional fue decisiva
En gran medida los resultados traumáticos y perjudiciales para la alianza triunfante fueron acordados, según  analistas e historiadores de entonces,  por el propio PRD, a regañadientes; el presidente Joaquín Balaguer y su partido y la comunidad internacional en procura de una salida a la crisis y evitar un golpe de Estado militar.
Desde el primer momento, es decir, a partir del “juntazo” o irrupción militar en la JCE el mismo 16 de mayo, los presidentes de los Estados Unidos, Jimmy Carter, y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, así como  delegados de otras naciones y de la Organización de Estados Americanos (OEA), presionaron a Balaguer para que aceptara la derrota y evitara así  una profundización de la crisis.
Fuente:http://hoy.com.do/1978-el-prd-puso-fin-a-la-%C2%93era-de-balaguer%C2%94/

Los doce años de Balaguer

    Los Doce Años de Balaguer

    El mandato de Joaquín Balaguer, de acuerdo con sus auspiciadores norteamericanos, tenía como primera meta la desarticulación y destrucción de los grupos populares que habían participado en la Revolución de Abril del 65. Para ello utilizó tanto al ejército como a un grupo paramilitar de matones profesionales llamado “La Banda”, a los que calificaba en sus discursos de “fuerzas incontrolables”. Se estima que más de 3,000 dominicanos fueron asesinados sólo entre 1966 y 1974. Al entregar la presidencia en 1978, Balaguer había exterminado a la juventud más prometedora y de ideas más avanzadas con que contaba la nación.
    Inversión extranjera. En el curso de su gobierno, extendido mediante represión y fraudes electorales a tres períodos constitucionales, Balaguer favoreció la inversión extranjera de capital estadounidense. De esta suerte, de 155 millones de dólares que habían invertidos en el país en 1965, se pasó a casi 600 millones de dólares en inversiones norteamericanas en 1977, las cuales abarcaban las áreas de las finanzas, las comunicaciones, el sector azucarero, el sector minero, turismo, zonas francas, etcétera. Entre las empresas que se instalaron o que ampliaron sus inversiones durante esa época se encuentran la firma canadiense-norteamericana Falconbridge Dominicana, dedicada a la explotación de ferroníquel; Rosario Dominicana, empresa norteamericana para la explotación del oro; Shell, Nestlé, Gulf & Western y Philip Morris.

    Ayuda económica y endeudamiento externo. Un total 122 millones de dólares fueron erogados por los Estados Unidos entre abril de 1965 y junio de 1966, a fin de evitar la paralización económica total del país. Esta suma aumentó a 133 millones de dólares anuales durante los tres años siguientes, mientras que de junio de 1969 a junio de 1973, la ayuda promedió unos 78 millones por año. Estos fondos fueron suministrados a través de donaciones y préstamos a largo plazo negociados vía la AID de los Estados Unidos. Además, el gobierno balaguerista garantizó la entrada de importantes cantidades de divisas gracias a la cuota azucarera dominicana en el mercado norteamericano.

    Obras de infraestructura. La inversión pública de los doce años estuvo dirigida en su mayor parte a la construcción de obras públicas: puertos, carreteras, acueductos, calles, escuelas, centros culturales, instalaciones deportivas, caminos vecinales, presas hidroeléctricas, etcétera. Las ciudades de Santo Domingo y Santiago concentraron el grueso de las obras, si bien también los demás poblados crecieron y se modernizaron.
    Crecimiento económico y desigualdad social. El flujo de inversión y ayuda económica proveniente en inmensa medida de los Estados Unidos contribuyó a dinamizar la economía nacional, haciendo que República Dominicana gozara de una de las tasas de crecimiento macroeconómico más altas de América Latina. Sin embargo, los beneficios se concentraron en la pequeña burguesía local que se consolidaba unida a los intereses extranjeros. Así, desde 1972 la tasa anual de inflación era de un 15%, el poder adquisitivo del peso descendió en un 26%, el índice de desempleo ascendió a más del 20%, el de subempleo superó el 60% y se congelaron los salarios.

    Corrupción gubernamental. Otra de las fuentes de riqueza desproporcionada que tuvo la pequeña élite nacional favorecida por el gobierno balaguerista fue la administración pública. Entre los funcionarios públicos, un sinnúmero de operaciones ilegales y actos dolosos adquirieron carácter generalizado y de normalidad: sobornos, contrabandos, cobro de comisiones, extorsión de empresarios, exoneraciones de impuestos se hicieron parte del día a día. Ante la imposibilidad de negar lo que resultaba demasiado evidente, Balaguer se atrevió a afirmar que la corrupción “se detenía en la puerta de su despacho”.

    Entrega del poder en 1978. En las elecciones de 1978 compiten el doctor Joaquín Balaguer con su Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), y Antonio Guzmán Fernández por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización política que había sufrido en 1973 la renuncia de su líder y creador, el profesor Juan Bosch, quien inmediatamente fundó el Partido de la Liberación Dominicana.

    La victoria abrumadora del PRD no es en principio aceptada por el Dr. Joaquín Balaguer, quien ordena el asalto militar de la Junta Central Electoral, interrumpe el conteo y confisca y destruye urnas de votos. Es necesaria la presión ejercida por los Estados Unidos de Jimmy Carter que se niega a aceptar un gobierno que no cuente con el voto de la mayoría. Empero, mediante la falsificación de los resultados electorales de modo que dieran mayoría senatorial y una amplia participación en la Cámara de Diputados al Partido Reformista, Balaguer se asegura el control del Senado y, con éste, del Poder Judicial (los jueces eran nombrados por el Senado).
    De esta forma se protege a sí mismo y a los miembros de su partido contra un eventual sometimiento judicial por cualquiera de los múltiples casos de crímenes o corrupción que se dieron en su prolongado mandato presidencial, y garantiza una importantísima cuota de poder mientras está fuera de la presidencia, a la cual regresaría por diez años más, desde 1986 hasta 1996.

    Joaquín Balaguer, uno de los funcionarios e intelectuales fundamentales de la dictadura trujillista, figura central de los 18 años posteriores a la tiranía, también dominaría la vida política nacional durante la débil “democracia” electoral que se instaura en el período que va desde 1979 hasta principios del siglo XXI.

    Fuente:http://www.dominicanaonline.org/portal/espanol/cpo_balaguer.asp
     

Las elecciones de 1966

Joaquín Balaguer había regresado de su exilio el 28 de junio y Juan Bosch el 25 de septiembre de 1965, cuando ya habían cesado los combates militares. Ambos líderes se preparaban para enfrentarse por primera vez en unas elecciones. Balaguer representaba a las fuerzas sociales ultra conservadoras, de tradición trujillistas y Bosch a las fuerzas liberales y democráticas. Muy pronto reaparecieron los ataques y las acusaciones entre los seguidores del PRD y el Partido Reformista, una organización fundada el 1 de agosto de 1964. Los grupos radicales de la izquierda, que se mostraron inconformes con los acuerdos que le pusieron fin a la revolución, agitaban por continuar la lucha armada como vía para establecer un gobierno vinculado a la Unión Soviética o a la República Popular China, las dos potencias comunistas de la época que rivalizaban en el mundo con los Estados Unidos, en la larga era de la Guerra Fría.

República Dominicana aún estaba invadida por tropas de los Estados Unidos y de otros países americanos. Ningún soldado extranjero se retiraría del país hasta tanto no se celebraran las elecciones. Y las tropas invasoras tenían órdenes precisas para proteger a sus defendidos y atacar e intimidar a sus contrarios. El Presidente Johnson y sus aliados del continente americano encontraron razones para incrementar el envío de nuevos soldados, hasta superar los  42 mil los miembros de los cuerpos armados que vinieron con la misión de impedir, por cualquier medio, que Bosch retornara al poder.

"Los consejeros del Presidente Johnson prepararon un libreto detallado para ejecutar la farsa electoral que se desarrollaría en República Dominicana en las que el doctor Joaquín Balaguer sería su candidato favorito". Para alcanzar ese objetivo estratégico era necesario, primero, lograr que una gran cantidad de votantes acudiera a las elecciones "porque eso favorecía a Balaguer". En ese sentido, era necesario "persuadir a García Godoy de que montara una gran campaña a través de medios poderosos de radio y televisión en manos del gobierno provisional a favor de que la gente acudiera a votar". La campaña a favor de las elecciones se desarrollaría también a través de las escuelas, las organizaciones cívicas y religiosas. Para despertar la confianza de la población en el montaje de los comicios, la Comisión Electoral de la OEA, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y reporteros de medios extranjeros vendrían al país en calidad de observadores.

Segundo, era muy importante "mantener al PRD, con o sin Bosch, en la contienda de manera que las elecciones tuvieran sentido". Había que crear un ambiente que dejara bien claro que los Estados Unidos apoyaría al ganador, sin importar quién fuera. Para ese propósito, el embajador Bunker de los Estados Unidos "establecería contacto directo con Bosch como forma de evidenciar un tratamiento igualitario". La idea era que el PRD no se retirara de las elecciones porque "sin su participación, la consulta electoral resultaría insabora y, en cierto modo, inefectiva". Una masiva abstención electoral promovida por el PRD, el PRSC y los grupos de izquierda habría conducido a la anulación de los comicios "porque Balaguer no acumularía el porcentaje mínimo de votos que establecía la ley electoral".

La campaña electoral quedó abierta el 2 de marzo de 1966. La Junta Central Electoral estaba presidida por Ángel Liz, un ex dirigente de la Unión Cívica Nacional, Álvaro Arvelo y Darío Balcácer. De manera que los partidos interesados en participar en las elecciones tendrían tres meses para desarrollar su campaña.

El primero en elegir sus candidatos fue el PRD. En su tercera Convención Nacional, celebrada en Santo Domingo entre el 9 y 10 de abril, sus delegados aprobaron participar en las elecciones, reformar los estatutos del partido y aprobar el plan de gobierno. Bosch fue elegido a unanimidad candidato presidencial, mientras Antonio Guzmán derrotó a Virgilio Maynardi Reyna para la candidatura vicepresidencial.

Una semana después, el Partido Reformista proclamó al binomio Balaguer-Augusto Lora. El PRSC y el Movimiento Revolucionario 14 de Junio decidieron apoyar al binomio Bosch-Guzmán, pero Bosch no aceptó el respaldo del 1J4. La Unión Cívica Nacional presentó a Rafael Filiberto Bonnelly, acompañado de Abel Fernández Simó
Se presagiaba una violenta campaña electoral en todo el país porque las fuerzas políticas ultra conservadoras, aglutinadas en torno al Partido Reformista, no permitirían que Bosch y el PRD hicieran su campaña libremente. Muy pronto, los grupos militares adversos al candidato del PRD iniciaron una cacería contra los constitucionalistas en todo el país. Cerca de la residencia de Juan Bosch se establecieron dos cuarteles, uno de las tropas extranjeras de ocupación y otro de la Policía Nacional. Un avión militar realizó varios vuelos en picadas y rasantes sobre la residencia del líder del PRD. Una semana después de iniciada la campaña fue asesinado el Sargento Mayor constitucionalista, Eustaquio Agramonte, asignado a la escolta de Bosch. En esos mismos días fue detenido y ultrajado el doctor Antonio Rosario, Presidente del Partido Revolucionario Social Cristiano.

El objetivo de  los norteamericanos era sembrar el terror en todo país para que Bosch no saliera a las calles a realizar su campaña. Al mismo tiempo se creó una situación difícil en el seno del PRD, utilizando para ello las posiciones conservadoras y complacientes de su ex Secretario General Ángel Miolán, quien enfrentó a Bosch y cuestionó la Convención donde fue elegido candidato presidencial. La vieja acusación de que Bosch era comunista y un aliado de Fidel Castro no podía faltar en la campaña negativa. Tampoco la idea de que si Bosch ganaba sería derrocado otra vez por los militares. Se difundía con insistencia que el triunfo de Bosch implicaría la continuación de la guerra y la ocupación extranjera.

La campaña de terror e intimidación dio su resultado. Bosch no pudo hacer contacto directo con el pueblo; su campaña se limitó a las charlas radiales. En cambio, 'el candidato de la paz', el de 'la revolución sin sangre', se desplazaba a sus anchas por todo el país protegido por las tropas invasoras. La campaña negativa contra Bosch subía de tono en la medida en que se acercaba el día decisivo. Las hojas sueltas acusando a Bosch de comunistas eran distribuidas por agentes policiales montados en vehículos del Partido Reformista. Bosch, en cierta medida, se dejó provocar, cuando llamó a sus seguidores a salir en grupos el día de las elecciones "y los que salgan muy temprano que lleven piedras y palos, por si acaso".

La exhortación del líder perredeísta parecía ser una respuesta a la doble campaña de represión e intimidación seguida por los grupos cavernarios que apoyaban a Balaguer. "Donald Keys, un observador de la elección de 1966, estableció que los asesinatos políticos ejecutados por los seguidores de Balaguer durante la campaña electoral llegaban a 300". Miles de perredeístas en todo el país fueron apresados, golpeados y encarcelados. El terrorismo de los grupos militares balagueristas era tan frecuente que Bosch incluso amenazó, dos semanas antes de las elecciones, con retirar su candidatura si no cesaba la represión y la muerte contra sus simpatizantes. El retiro de Bosch no encajaba en la estrategia elaborada por los asesores del Presidente Johnson. La participación de Bosch era necesaria para legitimar ante la opinión pública, nacional e internacional, el fraude electoral en marcha.
Cuatro días antes de la votaciones, Balaguer también amenazó con retirarse de la contienda si no se permitía que las mujeres votaran sin cédulas. De acuerdo a las encuestas secretas que manejaban los norteamericanos, Balaguer tenía más simpatía entre los campesinos y las mujeres. El gobierno de García Godoy, siempre complaciente ante las presiones del embajador Bunker, emitió un decreto para permitir que las mujeres mayores de 25 años votaran sin cédulas. El interés del procónsul era garantizar una participación masiva de la población en las votaciones. Mientras más mujeres votaran, mayor sería la votación alcanzada por el candidato apoyado por los norteamericanos.

Incluso, la Agencia de Información de los Estados Unidos (USIS, por sus siglas en inglés) entregó al gobierno "400 mil panfletos que enfatizaban la necesidad de votar. Para esos fines se logró que no se estableciese un padrón electoral sino que se votara con la tradicional cédula, como ya se había hecho en 1962, pero que, a diferencia de ese año, se pudiera votar en cualquier mesa, lo que facilitaría el voto. La tinta indeleble que resultó ser fácil de borrar propició el voto múltiple fraudulento y el afeitar un brazo dificultó el voto múltiple masculino, inclinado a favor de Bosch. La decisión de último minuto, a todas luces injusta y discriminatoria, de que las mujeres pudiesen votar sin cédula, facilitó el sufragio femenino fraudulento".

En las elecciones de 1966 participaron numerosos observadores internacionales y reporteros de prensa de varios países americanos. La misión de los observadores internacionales era atraer la atención de los medios de comunicación, principalmente en los Estados Unidos, donde se le daría garantía a la población de que las elecciones dominicanas se realizarían en plena libertad y que sus resultados reflejarían la voluntad de los electores. Sin embargo, varios periodistas extranjeros que vinieron a cubrir las incidencias de la campaña, escribieron reportajes muy críticos, reveladores de las acciones fraudulentas ejecutadas antes de las votaciones. Uno de esos reporteros fue el canadiense Norman Gall, quien pudo comprobar la presencia en el país de más de 300 cubanos anti castristas, conocidos por sus habilidades en fraudes electorales desde los tiempos del dictador Fulgencio Batista. Casi todos entraron al país ilegalmente, entre ellos Santiago Rey Perna y Miguel Suárez Fernández.

Todas las técnicas del fraude electoral aplicadas por Batista contra Ramón Grau San Martín en las elecciones cubanas de 1940, fueron rigurosamente seguidas en las elecciones dominicanas de 1966. La intimidación militar contra los votantes en las zonas rurales y urbanas, el uso de lugares de votación fantasma, la sustitución de urnas después de cerrada la votación y la votación múltiple a través de la falsificación masiva de la tarjeta de identificación de los votantes serían algunas de las prácticas fraudulentas aplicadas por los asesores de Batista que Gall pudo comprobar fueron seguidas también en las elecciones dominicanas.

La JCE, dirigida por Ángel Liz, estableció que los dominicanos podían votar en cualquier lugar del país, no sólo en su mesa de votación. Se comprobó el control y trasiego de urnas de votación, la falsificación masiva de la tarjeta de votación, la intensa represión contra los seguidores del PRD "y una serie de prácticas de campaña mendaz, entre ellas, la distribución desde aviones de la Fuerza Aérea de montajes fotográficos que mostraban a Bosch abrazando a Fidel Castro".

En realidad, no existían condiciones mínimas para que Bosch y su partido participaran en las elecciones, organizadas por un gobierno débil y complaciente con las fuerzas sociales responsables del golpe militar de 1963. De alguna manera, Bosch sería convencido por sus amigos internacionales para que no retirara su candidatura. Para lograr ese objetivo, los asesores del Presidente Johnson recomendaron hacer contacto con Rómulo Betancourt, de Venezuela, José Figueres, de Costa Rica, Luis Muñoz Marín, de Puerto Rico y Norman Thomas, Presidente del Partido Socialista de Estados Unidos, para persuadir a Bosch de que participara en los comicios, a pesar de la ocupación y la intensa represión desatada contra sus seguidos en todos los rincones del país. El mismo embajador Bunker y la embajada estadounidense en Santo Domingo establecieron comunicación con Bosch, tratando de evidenciar un tratamiento equilibrado, cuando en realidad su candidatura era vista como el instrumento necesario para legalizar el ascenso de Balaguer al poder.

Las elecciones se realizaron en un ambiente tenso. El Partido Reformista, que postuló el binomio Balaguer-Lora, participó aliado al Partido Liberal Evolucionista, la Unión Cívica Nacional Revolucionaria, Partido Demócrata Cristiano y Partido Progresista Demócrata Cristiano. El PRD, con Bosch y Guzmán, participó aliado al PRSC, mientras que el binomio Bonnelly-Fernández Simó fue sustentado por Vanguardia Revolucionaria Dominicana, Partido Nacionalista Revolucionario Democrático, Unión Cívica Nacional y Acción Revolucionaria. El Movimiento Revolucionario 14 de Junio, después que Bosch rechazó su apoyo, decidió participar con candidaturas propias a nivel congresual y municipal. El Partido Socialista Popular y el Movimiento Popular Dominicano se abstuvieron de participar en las elecciones.

De un total de 1,815,429 inscritos en el padrón electoral, distribuidos en 3,421 mesas de votación, el Partido Reformista y sus aliados obtuvieron 759,887 votos, para un 56.4 por ciento; la alianza PRD-PRSC sumó 525,230 votos, para un 38.9 por ciento. La UCN, VRD, PAR y el PNRD obtuvieron 39,535 votos, para un 2.9 por ciento. El Movimiento Revolucionario 14 de de Junio obtuvo 4,839 sufragios, para un 0.3 por ciento. La alianza encabezada por el PR obtuvo 47 diputados y 22 senadores, en tanto la del PRD sacó 27 diputados y 5 senadores. Balaguer ganó las elecciones con una diferencia superior a los 250 mil votos y quedó con el control de las dos cámaras legislativas. El PR ganó también en 64 municipios y el PRD en 13, de un total de 77 municipios.

Joaquín Balaguer y Francisco Augusto Lora se juramentaron el primero de julio de 1966, iniciándose así el período de "Los doce años de Balaguer"

Guerra de abril 1965 y el gobierno de Caamaño

Guerra de abril 1965
La revolución de abril de 1965, fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch. En ella se produjo una alianza de clases, ente sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido de que la misma no perseguía, como maliciosamente argumentaron los norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como el 14 de junio, el P.C.D., el M.P.D., y otros. Asimismo, el control militar, de la misma estaba en manos principalmente de los militares y oficiales a cuya cabeza se encontraba el coronel Caamaño, quien naturalmente no era en esos momentos, comunista ni nada parecido. Asimismo, fue una revolución popular en cuanto a sus bases sociales.
 Una característica de la revolución de abril fue que la misma estuvo localizada, concentrada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que la misma no se expandió hacia los pueblos del interior del país contrario, muchos revolucionarios y personas simpatizantes del gobierno de Bosch, llegaron del interior a la capital, para participar en los eventos.Lo anterior significo, que los conspiradores tanto balagueristas-trujillistas como los del Partido Revolucionario Dominicano, jamás pensaron en organizar una revolución popular nacional, para derrotar al triunvirato: se sobre entendía, que se trataba de un simple golpe de estado. Pero, tal y como dijimos anteriormente las contradicciones provocadas a la hora de decidir, la forma de sustitución el derrocado gobierno, motivaron la conversión de la conspiración, en una formidable insurrección popular, a favor del regreso de Bosch al poder sin elecciones.


Ahora, la forma de organización política y militar que se estableció en el bando constitucionalista, fueron los llamados comando. Estos estaban integrados por civiles armados y militares constitucionalistas, y fulgían como órgano de poder, lo mismo operaban en diferentes zonas geográficas controladas por los partidos del regreso de Bosch sin elecciones. Desde el punto de vista de su composición social, los comandos estaban conformados por sectores pequeños burgueses y obreros sumamente radicalizados.

Por supuesto, antes que los comandos constitucionalistas estaban subordinados militar y políticamente a la dirección burguesa populista del Partido Revolucionario Dominicano, y alto mando constitucionalistas a cuya cabeza se encontraba el coronel Caamaño, quien además fue elegido presidente de la República en base a una sugerencia y con la aprobación del profesor Juan Bosch. Sin embargo, tal subordinación no implicaba, naturalmente, que los comandos representaban un autentico poder popular. De forma pues, que la base de sustentación del gobierno constitucionalista, eran los sectores militares, la burguesía populista, la pequeña burguesía radicalizada, sectores obreros y sindicales.




Caamaño Presidente

El 3 de Mayo nació el gobierno de Caamaño Deño, el Congreso Nacional elegido el 20 de Diciembre de 1962 se reunió para considerar la propuesta de Juan Bosch . Asistieron 17 de los 27 Senadores (63 por ciento) y 41 de los 74 Diputados (55 por ciento), alcanzando un 58 por ciento del total de los miembros de la sesión conjunta del congreso. L a propuesta de que Caamaño fuera designado como Presidente constitucional de la República recibió 94 votos; cuatro fueron depositados a nombre del Doctor Luis Lembert Peguero y tres a favor de Virgilio Mainardi Reyna.

Esto fue mala noticia para los Estados Unidos, aunque fue la voluntad dominicana, otra vez mas el imperio norteamericano quería elegir nuestro destino. Este mismo día fue creado el cordón (LOC), que dividió la zona constitucionalista de la ciudad en dos partes y confino a Caamaño en el área baja (Ciudad Nueva y otros barrios) de la ciudad.

El 4 de Mayo de 1965 se efectúo la juramentación del coronel Francisco Caamaño Deño frente al Altar de la Patria como presidente constitucional de la República, designado por el Congreso Nacional que los votos del pueblo Dominicano eligieron el 20 de Diciembre de 1962.

Para los norteamericanos el gobierno legitimo era "El Gobierno de Reconstrucción Nacional", quien tenia como presidente al general Antonio Imbert Barreras.

El presidente de Francia, Charles De Gaulle, estaba considerando dar su reconocimiento diplomático al gobierno de Caamaño.
Tras una reunión del gabinete francés, el presidente francés también condeno la intervención norteamericana y pidió el retiro de las tropas extranjeras del suelo Dominicano.

La opinión publica mundial ya veía que la lucha se presentaba contra las fuerzas norteamericanas de ocupación. El día 6 de mayo el total de soldados norteamericanos muertos llegaba a ocho y los heridos eran 49, y al otro día se reporto la muerte de otros tres y la detención de cuatros por parte de los constitucionalistas.

Fuentes:http://www.misalcedo.com/la_revolucion_de_abril
http://virtual.uasd.edu.do/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=200:la-revolucion-del-24-de-abril-1965&catid=51:muro-cultural-informativo&Itemid=88

Juan Bosch elegido presidente y el gobierno del Triunvirato

Juan Bosch elegido presidente
Después de 31 años de dictadura, impuesta por el tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, un día como hoy, pero en 1962, fueron celebradas en República Dominicana las primeras elecciones democráticas, donde resultó ganador el presidente Juan Bosch.
Bosch ganó los comicios electorales de ese año y tomó posesión del Gobierno el 27 de febrero de 1963 para luego ser víctima de un golpe de Estado el 25 de septiembre de ese mismo año.
El profesor se presentó a las elecciones del 1962 a través del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización política que fundó en el exilio, en 1939, y tuvo como principal adversario en estos comicios a Viriato Fiallo, quien fue candidato de la Unión Cívica  Nacional (UCN).
El ya elegido presidente obtuvo el triunfo electoral con casi un 60 por ciento del favor de los electores y popularizó el “Borrón y cuenta nueva”.
Medidas del gobierno de Bosch. Entre las disposiciones del profesor Bosch durante su mandato estuvieron:
Rebajó el sueldo de los funcionarios y del Presidente, este último sufrió una reducción de cinco mil a 500 pesos.
Además, promulgó una nueva constitución en 1963, la cual contemplaba la libertad sindical, condenaba el latifundio, prohibía a los extranjeros poseer tierras en el país y la Ley que establecía un “tope” para el precio del azúcar.
Todas estas medidas, unidas a otras tantas, propiciaron que la iglesia católica y la oligarquía de la época se distanciaran del gobierno de Bosch.
El Triunvirato

Triunvirato, Gobiernos impopulares. Luego del derrocamiento del pro. Juan Bosch, se conformó como gobierno el Triunvirato, gobierno impopular que fue formado en un primer momento por tres prominentes ciudadanos encabezado por Emilio de los Santos. Pocos días después el movimiento 14 de junio representado por Manolo Tavárez Justo se levantó en contra de este gobierno buscando restablecer al presidente Juan Bosch pero fueron ejecutados por la fuerza militar. Manolo Tavárez Justo murió asesinado en una zona llamada las Manaclas, cerca de San José de las Matas.
El presidente Emilio de los Santos al conocer la noticia renuncio al poder, no estuvo de acuerdo con esas muertes. El cargo fue ocupado por el Dr. Donald Reid Cabral, quien se mantiene en el poder hasta 1965 cuando estalla la Revuelta de Abril. Durante su gestión de gobierno Donald Reid, despliega una serie de medidas que veremos más adelante:
• Represión sindical.
• Represión política.
• Concertación de Préstamos con el FMI.
• Desorden del Gasto Público.
• Establecimiento de Cantinas Militares.
• Se eliminó el Congreso.
• Llevó cambios importantes el Poder Judicial.
Estas medidas económicas que fueron afectando a los comerciantes , el desorden que existía en los recintos militares y los atropellos que estaba recibiendo la población dominicana provocan el estallido del 25 de abril, luego de hacer prisionero a Donald Reid cabral.
Fuentes:http://diariode3.com/juan-bosch-primer-presidente-democratico-despues-del-ajusticiamiento-de-trujillo/
http://www.agendistas.com/historia/triunvirato.html

sábado, 29 de noviembre de 2014

La dictadura de Trujillo

El Generalísimo:
La era de Trujillo es el largo periodo de 31 años, que sigue al horacismo a partir de 1930. Se caracteriza por el militarismo, el universalismo y el despotismo de su máximo caudillo y exponente: Rafael Leonidas Trujillo.

Trujillo fue integrante de la policía nacional, que crearon con buenas intenciones los americanos, durante la intervención, por su capacidad fue alabado y ascendido a diferentes escalones por los norteamericanos.

La provincia militar de Trujillo no solo favorecida por los americanos en Santo Domingo, sino que fue resultado de personal astucia y habilidad para ascender políticamente. El ascenso militar, con la asignación del Coronel Comandante, convirtió a Trujillo en el punto de apoyo militar en que supuestamente descansaba el gobierno horacista; y tal designación fue decisiva para el papel que desempeño en la caída de ese mismo gobierno.

Después del derrocamiento de Vásquez, el país tuvo un gobierno provisional, en la persona de Rafael Estrella Ureña, hasta que se organizaron elecciones libres que postulaban por un lado Trujillo, presidente y Ureña vice-presidente y por otro lado Velásquez presidente y ángel Morales vice-presidente.

Mientras Trujillo se movía libremente por el país en campaña, Velásquez era cortado por los militares y esto conllevo a su renuncia, y entonces la candidatura de Trujillo fue la ganadora.

Con la elección gubernativa de Trujillo, se inicio el periodo que indistintamente fue llamado “Era Gloriosa”, “Era del progreso”, o la “era de la Paz”, y que no fue mas que el periodo de dictadura mas violenta y larga que se ha registrado en la historia política dominicana.Trujillo utilizo la violencia y el asesinato para silenciar a cualquier individuo que se opusiera al régimen.



Para 1960, debido a las acciones del régimen, las cárceles dominicanas estaban repletas y el asesinato público llegaba a su paroxismo con la muerte violenta de las Mirabal, tres hermanas cuyos esposos estaban encarcelados por conspirar contra el régimen y que realizaban un activismo abierto y disidente. La muerte de las Mirabal provoco un resentimiento antitrujillista en todos los sectores sociales.

Varias medidas tomadas por el régimen y la conspiración en contra del presidente venezolano, Rómulo Bentacourt, conllevaron a la pérdida del apoyo de los Estados Unidos al régimen, y consideraron que era preciso eliminar el tirano, y así participaron, junto con partidarios del mismo régimen, ajusticiaron al tirano el 30 de mayo de 1961.

Entre los que participaron en el asesinato de Trujillo se encuentran: modesto Díaz, Roberto pastoriza, pedro l. Cedeño, Salvador Estrella Sadhala, Huascar Tejeda, Luís M. Cáceres, Luís Amiama, Antonio Imbert Barrera, entre otros. 

Fuente:http://www.negociosdominicanos.com/historia/la-era-de-trujillo